El Salvador reduce su uso del bitcoin como moneda de curso legal
🔑 Resumen clave
El Salvador disminuirá su uso de Bitcoin como moneda legal tras acuerdos con el FMI.
Suspende pagos de impuestos en BTC y ajuste del wallet Chivo.
🗞 Historia principal
El Salvador fue el primer país en adoptar Bitcoin como moneda legal en 2021.
Sin embargo, en 2024 y 2025, el gobierno redujo su uso oficial tras presión del FMI.
Se suspendieron los pagos de impuestos en BTC, se eliminó la obligatoriedad para comercios y se ajustó el wallet estatal Chivo.
La medida refleja el retroceso de una política pionera que generó titulares, pero también pérdidas y tensiones diplomáticas.
El Salvador busca ahora recuperar confianza internacional y financiamiento externo, reabriendo el debate global sobre el rol de Bitcoin como moneda nacional.
🔬 Opiniones de expertos
Daniel Salazar (Economista, Banco Mundial): “La reversión salvadoreña muestra los límites de políticas cripto impulsivas sin respaldo financiero sólido.”
Alejandra Navarro (Analista política, Georgetown University): “El Bitcoin como moneda legal fue un experimento global, pero la sostenibilidad sigue en duda.”
🌟 Implicaciones
🛬 Fuentes
El País – “El Salvador recorta el uso oficial de bitcoin tras presión del FMI”
Bloomberg Línea – “Gobierno salvadoreño limita pagos de impuestos en BTC y ajusta billetera Chivo”
📝 Opinión del Editor
Bitcoin en El Salvador: ¿experimento arriesgado o desafío al orden monetario global?
La experiencia de El Salvador con el bitcoin como moneda de curso legal suele interpretarse como un experimento arriesgado, incluso un “salto al vacío”. Sin embargo, es legítimo preguntarse qué habría ocurrido si otras economías latinoamericanas hubiesen acompañado esta decisión en paralelo. Tal vez hoy el escenario regional sería distinto.
Desde una perspectiva macroeconómica, la adopción de bitcoin podía ofrecer un mecanismo para prevenir episodios de hiperinflación, reducir la dependencia estructural del dólar y, en última instancia, ganar grados de libertad frente a la pesada carga de deuda externa. En este contexto, resulta inevitable cuestionar hasta qué punto el FMI ha tratado de “disciplinar” a El Salvador y, por extensión, a la región, limitando así una posible alternativa al orden monetario dominado por el dólar.
Además, si se argumenta que la sostenibilidad del bitcoin como moneda de curso legal es dudosa, cabría también recordar que la propia hegemonía del dólar descansa sobre un sistema fiduciario sin respaldo en oro. ¿No debería entonces plantearse, con la misma lógica, un eventual retorno al patrón oro para sostener la legitimidad del dólar? La paradoja subraya que, más allá de los riesgos evidentes, el debate sobre bitcoin como divisa nacional cuestiona la arquitectura monetaria internacional en su conjunto.
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